viernes, 1 de diciembre de 2006

De espaldas a un pueblo.


Hay señores con carguito, de esos a los que se les puede ver en la puerta del “Rempujo”, enchaquetados, encorbatados, engominados y con el móvil pegado en la oreja, a los que una movilización como la de ayer “ni fu ni fa”. Podríamos pensar que su actitud responde a la expresión popular “para lo que me queda en el convento, me cago dentro”. La vocación política y del servicio público ha perdido toda la connotación romántica y honrada que pudiera haber tenido a finales de los años setenta.
No recuerdo cuando fue la última vez que los portuenses se tiraron a la calle para protestar por una situación, llamémosla, injusta, pero ayer, convocada por diversas asociaciones portuenses, se produjo una manifestación que partió de la modificada y moderna plaza de Juan Gavala. La nefasta estrategia urbanística; la penosa política social; las barreras arquitectónicas y la falta de transportes adecuados para todos los ciudadanos, además de la inexistencia de zonas verdes en los barrios; la irrisoria protección del patrimonio histórico; la progresiva desaparición del medio natural, han sido motivos más que suficientes para alzar la voz.
Hace unos siete u ocho años todos los que conformaban la oposición celebraban tras unas elecciones que el equipo de gobierno perdiera la mayoría absoluta. Todo este tiempo después ha seguido todo igual con tendencia a empeorar. Los sectores reivindicativos han sido las asociaciones y ciudadanos descontentos. El asociacionismo ha sido el medio social y democrático que ha venido a sumar esfuerzos y compartir ideales a través de las respuestas colectivas y el instrumento de participación ciudadana con propósitos de continuidad y proyección en la sociedad. En cambio, nuestro problema, grave por cierto, ha consistido en el clientelismo que se ha utilizado desde “nuestras” instituciones públicas y no sólo ha funcionado a nivel de colocaciones laborales, sino que ha sido una constante en todos los órdenes imaginables.Durante quince años nos han gobernado dando la espalda al pueblo y no han escuchado a nadie, particulares o asociaciones. Ahora un alcalde accidental con esperanzas de seguir siéndolo se saca de la manga un blog para que los portuenses den sus opiniones. La intención es buena, pero que nos venga con ese cuento ahora, cuando faltan un par de meses para las elecciones, nos hace pensar que el fin electoralista que tiene de fondo y la lucha que mantiene con otros candidatos internos es el verdadero propósito. Una manifestación y alrededor de un 50% de abstención en los últimos comicios denotan el descontento de los ciudadanos con la gestión municipal. Decía Abraham Lincoln: Se puede engañar a algunos todo el tiempo y a todos algún tiempo, pero no se puede engañar a todos todo el tiempo.
Diario de Cádiz. Calle Sol (1 de Diciembre de 2006)

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