domingo, 17 de diciembre de 2006

725 Años de Historia. El Puerto de Santa María


La flota portuense queda reducida a la tercera parte

La crisis en el sector pesquero es un hecho, y la recuperación, una utopía. La flota pesqeura se va a pique, mientras la Comunidad Europea aporta ayudas para el desgüace de los barcos. La obstrucción marroquí ha sido fundamental.
Algo antes de las cinco de la madrugada de este martes se celebró la primera subasta de pescado en la nueva lonja de la dársena de El Puerto de Santa María. Ha sido también la primera venta tras el parón biológico, por lo que apenas cuatro barcos han descargado su mercancía en las nuevas instalaciones. Para la siguiente jornada se espera una mayor actividad. Resulta incongruente que hace unas semanas, concretamente el 13 de noviembre, Diario de Cádiz alertara de la grave crisis de la flota pesquera gaditana y, varios días después, se hable de las instalaciones que este sector económico disfrutará en nuestra localidad.
La Crisis es un hecho y el renacimiento una utopía. El certificado de defunción del sector se firmó el mismo día que empezaron a ondear por el territorio hispano las banderas azules de la Unión Europea, aunque quizás los primeros síntomas del “virus” percibieron en 1983 con el Plan Económico y Social Pesquero Español que pretendía reformar la pesca en tres frentes: política de recursos pesqueros (ordenación y recuperación de los caladeros nacionales, desarrollo de cultivos marinos y potenciar la actividad en caladeros internacionales), política de reconversión y modernización y la regulación de los mercados. Las consecuencias fueron devastadoras, el llamado “apretarse el cinturón” para la entrada en Europa significó que, en 1986 -hito de la adhesión-, en El Puerto quedaran 62 barcos. Desde 1973 se habían perdido 63, la mitad de la flota. Muchas empresas se acogieron a las ayudas económicas por cesar sus actividades en Marruecos. La flota pesquera portuense dependía en exceso de los caladeros marroquíes y desde 1986, la UE negoció con Marruecos todos los acuerdos e impuso sus condiciones e intereses que no tenían vinculación con los de España. La UE prefirió comprar barato en países subdesarrollados que negociar que el sector pesquero continuara faenando en aquellas aguas. Así se entiende la construcción de la nueva Lonja.
De todas maneras, la coyuntura internacional, antes de los años setenta, marcaba unas pautas tendentes a que cada estado explotara sus aguas. La intención de la ONU consistió en que los estados menos desarrollados pudieran utilizar sus aguas y aprovechar los beneficios obtenidos (recursos pesqueros, petrolíferos, etc.) para salir de sus calvarios particulares. El debate entre mare liberum y mare clausum viene existiendo desde los años veinte del siglo pasado y a partir de 1976, en la III Conferencia sobre el Derecho del Mar, se consagró el nuevo orden jurídico y económico de los mares y océanos. Las 200 millas como Zonas Económicas Exclusivas se adoptaron por todos los países ribereños. España dependía de forma evidente de los caladeros situados en aguas en las que lo único que poseía, por ejemplo en Marruecos, era la tradición Histórica de su presencia y no solo durante el protectorado, sino desde el siglo XIV. Hipólito Sancho recoge en sus obras la importancia de la pesca para esta ciudad. De hecho, Alfonso X el sabio, en el S. XIII, dejó patente en la Carta Puebla su deseo de crear una población marítima de relevancia y puso las bases de la prosperidad futura. El mar, la desembocadura del Guadalete…sus grandes señas de identidad y la pesca, el comercio colonial (las grandes casas bodegueras y vinícolas se afincaron aquí por la facilidad para exportar sus productos), las salinas sus sectores económicos claves. Ahora, como en el s. XVII, cuando se le ha dado la espalda a su verdadera identidad, el mar, la mar –de Alberti- hemos caído en crisis. Ni sus calles huelen a esas redes secas con restos de pescado, ni existe el aroma del vino tomando cuerpo en las bodegas, ni el sol se refleja en la sal.
Una noticia como esta, sobre la inauguración de una nueva sala de venta del pescado en El Puerto, ha significado prosperidad y auge pesquero. En cambio, en esta ocasión, la única de la historia, se crea un complejo de venta en el momento más ingrato del sector. En el S. XVIII la lonja se encontraba en un lateral de la plaza de armas del Castillo de San Marcos y de ahí pasó en 1778 al edificio conocido como el “Resbaladero”. Posteriormente por cuestiones tecnológicas (motor de vapor o de explosión) hubo que adaptar el muelle y con él se construyó la nueva pescadería, lo que hace unos años fueron pubs y zonas de Ocio y parking en la actualidad. Finalizando los 70 pasó a la otra banda, aprovechando unos almacenes comerciales que se construyeron en los años 50. Todos los cambios se realizaron por mejora y crecimiento de la flota, ahora no.

725 años de Historia, El Puerto de Santa María
Suplemento Especial Carta Puebla (Publicado 16 de diciembre de 2006)

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