VALERIA

“To er mundo e güeno” - Andalucía Información - Viva El Puerto

Valeria no es la niña de Rajoy. Valeria es la amiga imaginaria de Pedro Sánchez. Una chica con problemas económicos o en paro o con contrato precario. Un fantasma utilizado para criticar parte de la miseria estatal y de las políticas peperas. Sin ser muy actual, demuestra algo que quedó patente en la Zambomba del lunes en la Sexta: la desconexión del PSOE con la realidad, la demagogia del líder y el viaje a ninguna parte de un partido centenario que ha perdido hasta la vena populista.

Teniendo en sus siglas la palabra obrero, no defiende los derechos de los trabajadores, sino que se llena la boca de izquierdismo para luego, en el poder, revelar su verdadero interés ligado a parte de la oligarquía empresarial y liberal. Sí cumple a la perfección con el socialismo, pero como señala Marx en el Manifiesto Comunista hay varios tipos de socialismo, uno de ellos es el socialismo burgués, que no se nos olvide. De izquierda sólo les queda el recuerdo, aunque se  autoproclaman los más progres representantes de “el pueblo”, de las mujeres, de los gays, de la naturaleza, y si me apuran, hasta de Bamby. Y esta pérdida de conciencia, junto al desprecio de no reconocerse como partido liberal cercano a la derecha, le han convertido en un partido de masas que cada vez se parece más a la desaparecida UCD y, si tiramos de manual de historia, al Partido Republicano Radical de Alejandro Lerroux de la II República.

Su ambigüedad abraza y olvida al trabajador; se arrima a los españolitos enredándose en la bandera española a la vez que se creen herederos de los espíritus andalucistas, catalanistas, etc.; republicanos de pura cepa pero Juancarlistas o Felipistas conversos. Partido de masas que tuvo el objetivo de crecer, de ser importante en cuanto al número de seguidores y que repartía los carné como los Reyes Magos reparten caramelos el 5 de enero. Todos eran güenos, pero algunos se hicieron el carné, no bajo un paraguas ideológico, sino con el interés del que juega a las tragaperras, “igual me toca algo”.

De hecho, los del carné de verdad, impregnados de ideología, de realidad social, de creencia en un cambio, mantienen el carné pero votan otras opciones –miedo-, o han sido más valientes y han desteñido hacia el naranja, tendente al camino centrado y derechón o los que sintiéndose traicionados por la bandera del “todo pero nada”, se están aglutinando en las filas de un partido de izquierdas que, por lo pronto, ha desbancado a los comunistas divididos de IU, que también han iniciado su desaparición al renegar de sus siglas.

El batacazo del 20 de diciembre va a ser tan sonado que algunos se agarrarán a sus sillones rezando para no perderlo, creyendo que son intocables, sin ser capaces de leer el momento histórico que sitúa al PSOE en una placa conmemorativa de aquello que fue y no volverá a ser.

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