ENTRE EUROS Y CHORRADAS

“To er mundo e güeno” - Andalucía Información - Viva El Puerto

      A modo de canción del verano, los asuntos relacionados con la economía se repiten en telediarios, prensa escrita y en todo los discursos de responsables políticos. Ya puede ser vice-concejal de vino, tapa y postrecito que el euro está en la mente y en el discurso. Como si fueran “catalinos”, estelados o no, la pela es la pela, y de hecho se la pela el cutrerío de la vendimia y no la organizarán este año, que dicho sea de paso, es un cutrerío, y lo digo con conocimiento de causa y sufrimiento, pero  sin entrar en detalle.

Archivo: Andalucía Información

            La semana pasada, mi buen amigo Luismi, con gran criterio, como siempre, plantó en portada un titular y una  imagen. Polémica servida: Posible recorte a asociaciones, colectivos y hermandades y la imagen “El Señor de El Puerto”.

            Cuando no hay, no hay, pero, realmente, es lo que nos faltaba. El Puerto está sucio, las casas palacio se caen por fascículos, el alumbrado llega tarde, el coche oficial al garaje por fin, los salarios de los políticos y de consejeros-delegados es alto, los parking no son necesarios, la pasarela sólo sirve para poner candados como demostración amorosa, la zona naranja es un mojón pa ti (pa otros no), la plaza de toros abre tres veces y da dos festejos, y así un largo etcétera de cuestiones cuya culpa final es del euro. ¡Qué sí! Lo leas en el periódico o lo veas en Ondaluz, la culpa es del euro, bueno, eso y que el hombre del saco ya no se apellida Díaz.

           

            La cuestión en sí, es más preocupante. Porque la tijera se va a meter a asociaciones y colectivos, clubes y hermandades. Nuevamente, para agradar a menos del cincuenta por ciento de la población se podrían tomar decisiones de las llamadas ideológicas y poniendo el euro como escudo, pero sin entender que de forma general se está cortando la identidad de una ciudad, la cultura, la educación y los valores, y hacernos caer en una triste despersonalización porteña.

           

            Una hermandad no sólo saca pasos a la calle, también hace una labor social importante y ayuda a muchas familias en momentos  difíciles. Y que en algún momento, alguno haya tomado la decisión de dar una subvención “gorda” a cierta hermandad buscando votos, no debe empañar la labor del resto. El presupuesto de una hermandad no depende de trescientos euros que conceda una institución pública. Es más, si hablamos en términos económicos, quisiera recordar cómo se puso el centro de El Puerto a finales de agosto del año pasado, tan sólo porque una banda de música de las “cañeras” acompañaba al Nazareno. Los euros revirtieron, no en la reducción de la deuda municipal, sino en el sector de la hostelería.

            Y si hablamos de deporte, ¿cuántos chavales en las instalaciones deportivas, educándose en valores, haciendo amistades, practicando actividades saludables? Gracias a una subvención, una pata del presupuesto de un club, el deporte llega a todos. No revierten euros, la inversión se hace sobre personas a las que se le aportan valores (compañerismo, solidaridad, etc) ¿euros? Claro, para invertir en cultura, en identidad, en portuenses.

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