Todavía no ha llegado la hora, pero aún así en la parrilla de salida electoral más de uno y de dos están luchando por salir en la pole position. Autobuses electorales, presentación de candidatos (Rubalcaba en Cádiz) y la “lista de la compra” de María Jiménez con más promesas que hechos efectivos. Como si de un puñal se tratara, los andaluces tenemos clavado el informe PISA, que nos indica que marchamos con el paso cambiado en educación. Por citar más ejemplos, en nuestro Puerto del alma chirrían las promesas electorales: el colegio de Costa Oeste con todos sus “habíos”, el centro de salud de la Zona Norte, instalaciones deportivas en el mismo distrito. Ahora más que nunca, salir en la foto y la búsqueda de titulares favorables es la misión de los chicos de chaqueta y corbata. Durante cuatro años se han centrado en “sus gobiernos”, uno en Sevilla mirando por sus ahorrillos, el otro en Madrid con buen talante, mientras tanto, los que no están en la poltrona bombardean críticamente desde el escaño opositor cualquier movimiento de los que tienen la vara de mando.
Cuatro años de conflictividad y crispación política que han pasado sin pena ni gloria. Lo único que queda para todos son las cuatro cosillas del final del mandato (el cheque por bebé, la ayuda al alquiler para jóvenes) y que ETA volvió a asesinar. Estos van a ser los argumentos electoralistas de unos y otros; y vendrán a Andalucía y a Cádiz y todos dirán que somos los “má mejore” y que miremos pa’alante que desgraciaditos no vamos a ser toda la vida. El voto andalú es tan importante que en los meses venideros vendrán a Andalucía a prometer desarrollo sostenible, a proponernos una mejor educación, viviendas de protección oficial, el pleno empleo… y no solo los escucharemos, también seremos palmeros y coros, y seguiremos con las mismas, porque con Andalucía se cuenta para conseguir votos, pero no para que corte el bacalao, ni siquiera “su bacalao”.
Cuatro años de conflictividad y crispación política que han pasado sin pena ni gloria. Lo único que queda para todos son las cuatro cosillas del final del mandato (el cheque por bebé, la ayuda al alquiler para jóvenes) y que ETA volvió a asesinar. Estos van a ser los argumentos electoralistas de unos y otros; y vendrán a Andalucía y a Cádiz y todos dirán que somos los “má mejore” y que miremos pa’alante que desgraciaditos no vamos a ser toda la vida. El voto andalú es tan importante que en los meses venideros vendrán a Andalucía a prometer desarrollo sostenible, a proponernos una mejor educación, viviendas de protección oficial, el pleno empleo… y no solo los escucharemos, también seremos palmeros y coros, y seguiremos con las mismas, porque con Andalucía se cuenta para conseguir votos, pero no para que corte el bacalao, ni siquiera “su bacalao”.
MEDIA ETIQUETA. NOTICIAS LOCALES 15 de diciembre de 2007
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