IMBECILIDAD DEMOCRÁTICA FUNCIONAL

“To er mundo e güeno” - Andalucía Información - Viva El Puerto

Con zapatillas deportivas, pendientes, tatuajes, camisas de cuello mao se celebraron los actos de investidura en muchos ayuntamientos el pasado fin de semana. Primera forma de manifestar que no son lo mismo que había y primera forma de conectar con el “pueblo”. Algo lícito y, por supuesto, respetable. 

Miedos y confrontaciones son caminos equivocados. En El Puerto, varios partidos denominados oposición antes del 24M han conseguido sumar más representación que el ganador de las elecciones y, legalmente, han llegado a un acuerdo para gobernar, gobiernen. Se supone que, una vez mostrada su oposición invariable, constante y perseguidora, harán las cosas de forma diferente, pues háganlo. Pero no se olviden de una cosa primordial te vota la mayoría, pero se gobierna y representa a todos los ciudadanos. Los experimentos con casera, por favor.

Un jubilado que da la paga a su nieto todos los viernes y una madre soltera con problemas económicos que llena la nevera todas las semanas son personas de bien y respetables, pero la confrontación de una situación económica, por precaria que sea, con tener formación no justifica saber priorizar sobre los gastos de un Ayuntamiento.

La fina ironía de los licenciados y doctores queda muy bien en un papel que todo lo aguanta, pero me gustaría conocer la opinión del nuevo responsable de Urbanismo, Diplomado en Gestión y Administración Pública.

Decía un miembro de la candidatura de Levantemos en una red social utilizando la frase de José Luis Sampedro que "Hay dos tipos de economistas: los que trabajan para hacer más ricos a los ricos y los que trabajamos para hacer menos pobres a los pobres". Totalmente razonable, lo que es inconcebible es tirar por tierra el conocimiento y la formación de muchos licenciados y doctores para hacer demagogia barata y demostrar una imbecilidad democrática funcional.

Tienen cuatro años para gobernar, consultar con los que están preparados (también es hacer política de participación ciudadana) y según ideales, principios y compromisos ejecuten sus programas de gobierno. El resto de demagogias sobran.

Los humoristas malos utilizan palabras groseras para arrancar aplausos, los buenos no las necesitan.

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