¡Qué grande está el chiquillo...

...y que feo! La frase de mi abuela me impactó, hasta el punto de darme ideas para un nuevo artículo. Recuerdo que cuando estudiaba historia se empeñaba en contarme anécdotas de su vida y ahora, que acabé de estudiar, me cuenta la de todo los famosos, frikis y demás fauna televisiva. Paquirrín, ese chiquillo que ahora está muy grande, ha crecido delante de nuestros ojos y es como de la familia. Para las personas cultas el 99% de la programación televisiva es “basura”, y yo, que durante muchos años opinaba lo mismo, he cambiado de opinión observando a mi abuela. Para entendernos, seguir una película en cualquier canal de televisión es complicado porque entre anuncios nos ponen un fragmento ridículo de la misma y la trama se nos esfuma. De hecho, resulta más divertido ver la publicidad, que tiene marcha, deporte, aventura, amor y ficción, y por tanto es preferible ir al baño cuando la Basinger está a punto de atracar el Banco Central de Atlanta.
El tomate es cultura y tradición, es una evolución de los patios de vecinos, los cuales han pasado a mejor vida. Ahora la ventana no da al patio, la ventana es universal y va enchufada a la pared. Ya no nos importa si la vecina va en bata de watiné a recibir al cartero, sino el biberón de la niña de la Leti, el pollo de la Panto, los ladrillos de Gil y sus sucesores, los rollos de la Encarni, la herencia de la Rocío e incluso las hormigas (blancas) del arriate que dilapidan todo lo que cae en él. Y todo ello sin la necesidad imperiosa de mirar a través de la mirilla o a través de las cortinas de la terraza.
Obviando, la ironía y la coña carnavalera, lo que queda es la resignación. Como diría Juan Carlos Ortega, colaborador de Sardá en Crónicas Marcianas, en el capítulo “Dios y la Telebasura” de su libro "Buenos días, Sócrates" (Reflexiones de un filósofo sin estudios): “A los poetas no les gusta la naturaleza. Se fijan en ella y la describen siempre porque es lo que hay. Si Dios pusiera otra cosa mejor; les gustaría más”.

Diario de Cádiz. Visto y Oído. 9 de Junio de 2007.